Escribe en tu cuaderno:
1a.- 5 cosas que apruebes de tu imagen física. Todos tenemos cosas bonitas. Pueden ser los ojos, el pelo, la piel, las orejas, las manos, los pies, la estatura, la sonrisa... Si tú mismo no eres capaz de encontrarlas, pregunta a un amigo o familiar.
1b.- 5 cosas de tu forma de ser que te agraden. Puede ser tu amabilidad, tu capacidad de escucha, tu discreción, tu generosidad, tu bondad, tu simpatía, tu inteligencia, tu constancia... Si no se te ocurre nada, piensa en las cosas que valoras en los demás y reflexiona hasta qué punto tú también posees esas virtudes.
El talante con el que tienes que hacer la lista es utilizar el mismo rasero que utilizarías con un ser muy querido. No importa que al principio no te lo creas al 100%.
Revisa tus listas y piensa que, si conocieras a una persona con esas características, seguramente estarías encantado de haberlo conocido.
2.- Busca una foto tuya de cuando eras pequeño, casi un bebé. Sostén la foto por unos instantes en las manos y, mirando a ese niño/a a los ojos, comprométete a cuidarle y a no permitir descalificarle ni torturarle diciéndole cosas que le hagan daño. Repasa cómo te hablas a ti mismo en tu diálogo interior y modifícalo de manera que seas mucho más tolerante e indulgente con ese niño/a herido que llevas en tu interior.
3.- Al final de cada día y al menos durante treinta días, escribe el final de estas frases:
“Hoy me he sentido bien conmigo mismo/a por...”
“Hoy he hecho algo bueno para mí cuando...”
“Me gusto más a mí mismo/a cuando...”
“Me empiezo a dar cuenta de que tengo la virtud de...”
“Aunque he cometido un error, me doy cuenta de que...”
4.- “Me doy permiso para expresar mis necesidades”.
Todos los seres humanos tenemos un valor intrínseco por el hecho de ser personas. Las personas no son valiosas por lo que tienen, sino por lo que son. Eres tan digno de respeto, afecto y cuidados como cualquier otro.
Escribe: “Mis necesidades más importantes son...”
5.- Aprende a decir NO. Si otras personas pretenden imponerte su voluntad, tú puedes optar por decir no. Cuando vayas a decir no, mantén la mirada para inspirar determinación. Luego responde con amabilidad, brevedad y firmeza. Si tienes otras alternativas, ofrécelas, pero no entres en negociaciones.
6.- Presta especial atención a tus logros y valóralos. Recuerda la frase de Jerry Mincwinton Mun Chin Ton:
«Aquello en lo que se deposita la atención tiende a agrandarse».
Si prestas atención a tus aspectos positivos, ganarás en autoconfianza y tus capacidades crecerán. Mientras que, si centras la atención en tus errores, cada vez te sentirás más inseguro, lo que provocará que cometas más fallos.
Toma conciencia de que merece la pena mejorar tu autoestima, practica estos sencillos ejercicios y verás cómo dentro de algún tiempo, con tu constancia, llegarás a estar encantado de haberte conocido y desecharás los Yo no valgo nada para sustituirlos por Yo valgo mucho.
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