miércoles, 23 de noviembre de 2016

Truquitos para arreglar tus cosméticos rotos o deteriorados por el uso

¿Has sufrido alguna vez un accidente con tu maquillaje? La caja de polvos se cae al suelo, la sombra de ojos se hace añicos tras un golpe o un pintalabios que se parte. Todos estos desastres tienen solución. Aquí tienes unos trucos que funcionan a la hora de recuperar cosméticos rotos o deteriorados. ¡No tires ninguno!
Maquillaje en polvo: es muy fácil que los polvos compactos se rompan con cualquier golpe o caída. En ese caso, lo normal es que se rompan en mil trocitos y se salgan de su envase. ¿Qué puedes hacer en esta situación?
– Recoge la mayor cantidad de producto posible con ayuda de un folio.
– Machácalo con un cuchillo o un instrumento similar hasta que se haga todo polvo.
– Viértelo sobre su envase original, si no se ha roto, y agrega sobre el polvo de maquillaje unas gotas de alcohol (el de curar y desinfectar heridas), mézclalo todo con una cuchara. Cuando consigas una mezcla espesa, comienza a compactar los polvos con la cuchara, intentando que la superficie quede lo más uniforme posible. Agrega más gotas de alcohol si es necesario.
– Cuando el maquillaje haya recuperado su forma, presiónalo con un algodón o un papel absorbente para eliminar los restos de alcohol.
– Déjalo secar durante un día y comprobarás que tus polvos compactos han resucitado.
Otra opción es cambiar su textura convirtiéndolos en polvos en crema:
– Primero machaca bien los polvos que se te han roto hasta conseguir un polvo fino y añade después vaselina.
– Coloca la mezcla en un recipiente y mételo en el frigorífico hasta que quede compacto. Habrás creado una alternativa resistente a las roturas.
Sombras de ojos: las sombras de ojos en polvo se arreglan con el sistema anteriormente mencionado. Como los recipientes de este tipo de cosméticos suelen ser más pequeños, puedes usar un tarro o vaso pequeño para trabajar la mezcla de polvo y alcohol y luego echarlo todo en su envase original.
Pintalabios: cuando las barras de labios están expuestas a temperaturas altas, se reblandecen, y es habitual que se partan. Si tu barra de labios favorita se ha partido, puedes dejarla como nuevo con el siguiente truco:
– Introduce en el congelador las dos mitades del labial partido (la parte suelta de la barra y la del estuche) durante unos 20 minutos.
– Saca las dos partes del congelador y, con un mechero, calienta la base de la parte rota para poder fundirla con la base. Procura que coincidan lo mejor posible para que la barra se extraiga y se retraiga sin problemas.
– Una vez unidas ambas partes, deja la barra de labios en el congelador durante unas 8-10 horas. ¡Pintalabios arreglado!
También si se te rompe en dos partes puedes hacer lo siguiente cambiando su forma:
– Elige un recipiente pequeño como un pastillero que tenga una tapa. Ayúdate de un palillo para sacar el producto restante del tubo de la barra de labios y coloca las dos piezas en el recipiente que hayas elegido. Utiliza un secador de pelo para derretir el producto hasta que quede totalmente liso a modo de vaselina.
Máscara de pestañas: cuando la máscara de pestañas entra en contacto con el aire tiende a endurecerse o secarse. Hay un truco muy fácil para estas situaciones. Solo debes cerrarlo muy bien y colocarlo por unos minutos en un vaso de agua caliente, este paso tan sencillo le devolverá esa textura cremosa que había perdido. También puedes agregar unas gotas de aceite (almendras, oliva, argán…) en el interior del envase, cerrarlo y agitarlo durante unos segundos. Comprobarás que vuelve a pintar como lo hacía antes.
Esmalte de uñas: si te has dejado el bote de laca de uñas abierto, no importa, vierte un par de gotas de acetona en el interior y cierra el envase. Tras agitarlo, habrá recobrado su consistencia original. Si es necesario, agrega más acetona.
– Cuando llevas mucho tiempo sin usar un esmalte, es común que no puedas abrirlo porque la tapa se pega con el esmalte seco. Para que esto no te pase, cuando termines de pintarte las uñas y estén completamente secas, toma un algodón con acetona y pásalo por la parte superior del envase, para eliminar cualquier resto de esmalte. Después, pon un poco de vaselina alrededor de la rosca y ciérralo. Esto hará que no se vuelva a pegar y lo tengas listo para cuando quieras usarlo.
Lápiz de ojos: muchas veces sentimos frustración en el momento de usar el lápiz de ojos porque no nos pinta del todo; un consejo muy fácil y práctico para darle viveza a los colores es aplicándole un poco de calor (sin llegar al punto de derretir la punta) con la ayuda de un secador de cabello en una velocidad moderada. Una vez que le hayas dado calor, úsalo como de costumbre, teniendo la precaución de que la punta no esté muy caliente para evitar quemarte.
Base muy oscura: algunas veces no probáis el maquillaje antes de comprarlo y os arriesgáis a adquirir el equivocado. Si compraste una base líquida y es un tono más oscuro que el que necesitas, no te preocupes porque esto también tiene solución. Solo debes agregarle un poco de crema hidratante, esto ayudará a aclararla sin perder su composición.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Aprende a decir “me quiero” antes de decir “te quiero”

Decir “me quiero” no es un acto de orgullo, sino de amor propio. Mientras la primera dimensión deriva de nuestros miedos e inseguridades, la segunda, el amor propio, se nutre de una autoestima saludable que nos permite establecer relaciones más sanas.
Cuando hablamos de relaciones afectivas es muy común que, en ocasiones, la autoestima quede casi diluida ante las necesidades y deseos del otro. Llegamos a pensar incluso que si la otra persona está bien,  todo está bien.


No es nada fácil establecer un límite cuando hablamos de amor. Caminamos en espacios comunes donde todo se comparte y donde se hacen muchas renuncias personales a favor del propio compromiso.
Ahora bien, algo a lo que nunca deberíamos renunciar es a nuestro amor propio, a nuestros valores y a ese equilibrio personal en el cual seguir estando bien con nosotros mismos. Decir me quiero no es un acto de egoísmo, sino de fortaleza
Seguro que te ha ocurrido alguna vez, decir un “yo no quiero esto para mí” y que otra persona te responda: “eres muy egoísta”. Lejos de sentirte agraviado, toma conciencia de estas explicaciones:

El amor propio

  • El amor propio nos permite establecer una barrera de protección para prestar atención a nuestro bienestar y necesidades.
  • La autoestima es una dimensión que debe fortalecerse ya desde la infancia. Es necesario que los padres ofrezcan reconocimiento, valor e individualidad al niño para que tenga una buena autoimagen de sí mismo y se sienta seguro.
  • El amor propio nos permite decirnos “me quiero” porque estamos emocionalmente centrados y nos sentimos orgullosos por lo que somos y lo que nos define.
  • Con una buena autoestima serás capaz de saber escucharte, de entender qué te hace bien y qué es lo que deberías evitar para no caer en el abismo de la dependencia o el sufrimiento.
  • No necesitas aprobaciones externas ni que nadie te diga lo que debes hacer para ser feliz.

El orgullo

  • Una persona orgullosa se idealiza a sí misma mientras niega sus propias debilidades y sus carencias.
  • Busca sentirse superior a los demás como mecanismo de defensa, para esconder su baja autoestima, su insatisfacción, sus problemas afectivos.
  • Es común que las personas orgullosas tengan un carácter fuerte y algo arrogante. No disponen de una buena empatía ni de un adecuado autoconocimiento.
  • Imponen la necesidad de que “se les respete” cuando, en realidad, son ellos quienes no se respetan porque no atienden su falta de autoestima, sus necesidades emocionales, sus actitudes defensivas y dañinas con el entorno.

Cosas que debes hacer antes de iniciar una relación afectiva

Sabemos que, en ocasiones, el amor llega cuando menos te lo esperas. No siempre podemos controlar de quién nos enamoramos y de quién no pero, para poder establecer un filtro lo más adecuado posible, es necesario potenciar ciertas dimensiones personales.

Según un interesante artículo publicado en la revista Psychology Today, las personas deberíamos prestar atención a estas 4 dimensiones:

Comprenderse a uno mismo

Sabemos que suena muy filosófico, muy trascendental, pero conocerse a uno mismo es la única forma de saber qué es lo que nos hace felices, y qué es lo que no queremos en nuestra vida.


Hay quien prefiere dejarse llevar, poner en manos de los demás la capacidad de ser felices sin recordar que la felicidad parte primero de uno mismo. Es necesario tenerlo en cuenta.

Aprende a conocer a las personas

Sabemos que no es una tarea sencilla: ¿Cómo saber si la persona que me atrae es de fiar o si será capaz de construir una relación feliz y duradera?
  • Atiende a su madurez emocional, su capacidad sincera de conectar contigo sin priorizarse demasiado a sí mismo.
  • Observa si su carácter es estable, si cultiva ilusiones y no rencores, si sus exigencias vulneran la autoestima de quienes forman parte de su vida.

Separa “psicológicamente” a tu familia

  • Deja a un lado la aprobación constante de tu familia cada vez que desees iniciar un nuevo proyecto o una nueva relación.
  • La felicidad la debes construir tú, y si en alguna ocasión renunciamos a una persona solo porque nuestros padres no lo aprobaban, lo lamentaremos durante mucho tiempo.
  • Toma tus propias decisiones, disfruta con plenitud de tu vida y haz partícipe a tu familia pero sin necesitar su aprobación.

Experimenta el placer de estar solo antes de tener pareja

  • No se trata de estar físicamente solo en cada instante, sino ser libre para aprender de todo, para ponernos en muchos contextos, situaciones y vivencias para conocernos mejor y disfrutar de nuestra soledad.
  • Quien teme estar solo proyecta en la pareja la necesidad de cubrir ese miedo, se vuelve controlador y construye una relación basada muchas veces en el temor al abandono.
No vale la pena. Antes de decir “te quiero” es importante decirnos un “me quiero”, para construir un proyecto más comprometido, más vital y con adecuado equilibrio emocional.   



jueves, 5 de mayo de 2016

10 cosas que nos hacen perder la energía vital

Cada vez hay más personas que son conscientes de la importancia de mantener nuestra energía vital aprendiendo a no perderla. Si estamos en niveles bajos de energía nos sentimos cansados, sin ganas de nada, y nuestro rendimiento y felicidad se ven mermados. Una persona sana mantiene su energía en unos niveles óptimos la mayor parte del tiempo.
1) Es importante vivir en el presente, el famoso aquí y ahora nos ofrece la posibilidad de no ir derrochando energía elucubrando acerca de un futuro inquietante. Cuando entramos en un bucle de pensamientos repetitivos sin darnos cuenta estamos perdiendo gran parte de nuestra energía.
2) La ansiedad es todo lo opuesto a la tranquilidad. Para no perder la energía es necesario que equilibremos nuestras tareas con nuestras capacidades. Forzar más de la cuenta trae consigo una pérdida gradual de energía.
3)Una respiración cortada, tensa, hace que nuestros niveles de energía permanezcan bajos. Es importante si queremos tener más vitalidad que aprendamos a respirar cómoda y profundamente. Para ello existen cientos de técnicas que nos permiten desarrollar esta capacidad.
4) Un sobreesfuerzo físico acompañado de poco descanso o mal dormir hace que no demos la oportunidad a nuestro cuerpo de recuperarse.
5) La ingesta de sustancias que hacen trabajar en exceso a nuestro organismo debido su difícil descomposición y eliminación. No es lo mismo llevar una dieta saludable basada en legumbres, frutas y verduras, que abusar de grasas. El alcohol, el tabaco y todo tipo de drogas tienen un efecto demoledor en nuestro organismo.
6) ¿Quién no ha sentido que al estar con ciertas personas acaba agotado y de mal humor?. Estar rodeado de personas con mucha neurosis puede hacer que permitamos que entren en nuestro sistemas las malas vibraciones que nos llegan del exterior.
7) Un tipo de apego dependiente hace que sobrevaloremos a otra persona y creamos un vínculo negativo que hará que nos volquemos tanto en otra persona que le estemos entregando nuestra energía, quedándonos nosotros agotados.
8)  La sexualidad es una de las mejores maneras de generar energía en nosotros. Pero una sexualidad mal entendida, sin amor, con alguien patológico, puede hacer que nosotros nos veamos afectados.
9) En mayor o menor medida todos tenemos una máscara que mostramos al exterior. A partir de las experiencias y retroalimentaciones que nos da el entorno, nos creamos un personaje que intentamos mantener. Cuando este personaje irreal ocupa todo nuestro tiempo y no nos permitimos ser nosotros mismos, se convierte en algo patológico. La preocupación y ansiedad que genera el mantener una imagen idealizada o disfuncional hace que perdamos toda nuestra energía en ello.
10) Toda enfermedad biológica tiene un componente o determinante psicológico. Cuando tenemos enfermedades nuestro organismo se encuentra en un estado de poca energía. Si nos mantenemos con una energía vital alta la mayor parte de nuestro tiempo es menos probable que suframos cualquier tipo de enfermedad.
Cada vez el entorno demanda más de cada uno de nosotros. Parece que la evolución nos está llevando a perder los momentos de calma y relajación que tanto necesitamos. Es muy importante ser conscientes de cómo perdemos y cómo recuperamos nuestra energía antes de que nos traiga consecuencias negativas para nuestra salud.
Los diez puntos de arriba son los sucesos principales que hacen perder nuestra energía aunque seguramente habrá cosas que a cada uno personalmente le hace perder la energía y que no se encuentran en este listado.